lunes, 16 de marzo de 2015

¡CUIDEMOS EL CORAZON!


¡CUIDEMOS EL CORAZON!

Existe una parte muy interna, la cual espiritualmente se llama corazón, debo aclarar que no es el órgano interno que bombea la sangre a todo nuestro cuerpo.
El corazón espiritual es una parte oculta que no podemos ver, que tiene las características similares a un árbol, ya que fue plantada la mala semilla del pecado, produciendo raíz y frutos (obras de la carne). Si tu corazón esta sano, todo tu cuerpo también lo estará.

El pecado produce frutos en el corazón.  Las raíces es una parte oculta que produce lo visible. De acuerdo a su tamaño destruyen lo edificado…Ej. Una raíz de un árbol ha votado casas. Así es la raíz que esta en el corazón del ser humano,  manifiesta las obras de la carne destruyendo el alma y cuerpo.
Mateo 15:13 “Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada”. 

CUIDEMONOS DE LAS RAICES OCULTAS
DEL CORAZON
El odio, resentimiento, falta de perdón, amargura, orgullo, celos, iras, contiendas, maledicencias…Son obras de la carne y están alojadas en el corazón. Estas obras no solo destruyen a la persona sino también a quienes conviven con ella, ya que tiende a contaminar, envenenar y matar.
Colosenses 3:8 “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca”. --- El Señor esta pendiente de nuestro corazón; El no puede arrancar las raíces; somos nosotros que tenemos que arrancarlas. Dios no planto el orgullo, el odio, celos, iras, etc. Lo planto el enemigo. El orgullo y todas las raíces del corazón son engendrado por falta de humildad y obediencia a Dios.
Deuteronomio 29:18 “No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo” --- La raíz oculta en el corazón produce pecado de insensibilidad, amargura (orgullo y rebelión) llamadas también obras de la carne.
Proverbios 4:23 “Por sobre todas las cosas guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. No nos contaminemos del pecado. Un corazón amargado, e insensible; afecta a quienes les rodea, y es presa fácil del diablo.
Santiago 13:14 “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestros corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad”. Cuando la herida de amargura no es arrancada, se transforma en pecado, viene a ser el veneno del alma, va destruyendo, la nueva vida que Dios nos ha dado, causando una muerte espiritual y contamina inyectando de veneno sus raíces a otras personas. 

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