¡CUIDEMOS EL CORAZON!
Existe una parte muy interna, la cual espiritualmente se llama
corazón, debo aclarar que no es el órgano interno que bombea la sangre a todo
nuestro cuerpo.
El corazón espiritual es una parte oculta que no podemos ver, que
tiene las características similares a un árbol, ya que fue plantada la mala
semilla del pecado, produciendo raíz y frutos (obras de la carne). Si tu
corazón esta sano, todo tu cuerpo también lo estará.
El pecado produce frutos en el corazón. Las raíces es una parte oculta que produce lo
visible. De acuerdo a su tamaño destruyen lo edificado…Ej. Una raíz de un árbol
ha votado casas. Así es la raíz que esta en el corazón del ser humano, manifiesta las obras de la carne destruyendo
el alma y cuerpo.
Mateo 15:13 “Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre
celestial, será desarraigada”.
CUIDEMONOS DE LAS
RAICES OCULTAS
DEL CORAZON
El odio, resentimiento, falta de perdón, amargura, orgullo, celos,
iras, contiendas, maledicencias…Son obras de la carne y están alojadas en el
corazón. Estas obras no solo destruyen a la persona sino también a quienes
conviven con ella, ya que tiende a contaminar, envenenar y matar.
Colosenses
3:8 “Pero ahora dejad también vosotros todas
estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra
boca”. --- El Señor esta pendiente de nuestro corazón; El no puede
arrancar las raíces; somos nosotros que tenemos que arrancarlas. Dios no planto
el orgullo, el odio, celos, iras, etc. Lo planto el enemigo. El orgullo y todas
las raíces del corazón son engendrado por falta de humildad y obediencia a
Dios.
Deuteronomio
29:18 “No sea que haya entre vosotros varón o
mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios,
para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de
vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo” --- La raíz oculta en el
corazón produce pecado de insensibilidad, amargura (orgullo y rebelión)
llamadas también obras de la carne.
Proverbios
4:23 “Por sobre todas las cosas guarda tu
corazón, porque de él mana la vida”. No nos contaminemos del pecado. Un
corazón amargado, e insensible; afecta a quienes les rodea, y es presa fácil
del diablo.
Santiago
13:14 “Pero si tenéis celos amargos y contención
en vuestros corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad”.
Cuando la herida de amargura no es arrancada, se transforma en pecado, viene a
ser el veneno del alma, va destruyendo, la nueva vida que Dios nos ha dado,
causando una muerte espiritual y contamina inyectando de veneno sus raíces a
otras personas.
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