sábado, 14 de enero de 2012

¿ESTAS PELEANDO POR TUS PROMESAS?

¿ESTAS PELEANDO POR TUS PROMESAS?

Dios es transformador y renovador, un Dios siempre dispuesto para hacer nuevas todas las cosas Apocalipsis 21:5-9  “Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí,  yo hago nuevas todas las cosas.  Y me dijo: Escribe;  porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está.  Yo soy el Alfa y la Omega,  el principio y el fin. Al que tuviere sed,  yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas,  y yo seré su Dios,  y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos,  los abominables y homicidas,  los fornicarios y hechiceros,  los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,  que es la muerte segunda”. El Dios creador, en todo tiempo hace nuevo todo, es decir, transforma cambios, pero que dicho cambio únicamente se puede llevar a cabo si aceptamos que su voluntad gobierne nuestras vidas. Isaías 43:18-19  “No os acordéis de las cosas pasadas,  ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;  pronto saldrá a luz;   ¿no la conoceréis?  Otra vez abriré camino en el desierto,  y ríos en la soledad”. El Señor puede no solo cambiar las circunstancias difíciles que nos golpean, sino también, tiene el poder para hacer nuevas todas las cosas, La manera de que Dios transforma una vida es algo increíble. Nosotros somos parte de su poder y de su gloria, nos convertimos en parte de ese río que va fluyendo. Si queremos ser participantes de sus promesas tenemos que pelear por ella. Las promesas están allí, son reales, Dios no miente; pero hay una batalla, un conflicto que nos separa de cualquier promesa. Nunca pienses que ya no hay nada que hacer ni te resignes nunca a vivir en una condición de derrota, Es fácil luchar por deshacerse de lo que a nosotros nos molesta y nos desagrada, el asunto cambia cuando tenemos que luchar contra lo que a nosotros mismos nos gusta o contra lo que amamos. La única forma en la que no vences es cuando no luchas. El que venciere heredará todas las cosas...”. Vencer todos los obstáculos que se nos presentan a los hijos(as) de Dios: Ej. El diablo, el mundo y nosotros mismos (carne). Cada quien, vivimos en diferentes circunstancias, y cada lucha es diferente, pero a todos nos ha dado Dios la capacidad de vencer en nuestra batalla; No hay excusas ni echarle la culpa al diablo y al mundo; Cristo venció en la cruz, y nos dio la victoria. Tú y  yo ya no somos cobardes ni incrédulos; ya no somos ignorantes del Poder de Dios, de su Sangre y de Su Palabra; el problema radica cuando no crucificas tu carne; y te dejas guiar por tus deseos y emociones. Cuando te declares necesitado de Dios el te dice:  Al que tuviere sed, es decir, al que desee ser lleno del Espíritu de Dios, y quiere agradarlo; Jesús le dará de la fuente del agua de la vida que es el Espíritu Santo. Por lo tanto, para servir en el llamamiento que Dios nos dio; tenemos que andar en santidad, para poder desarrollar lo que Él nos mandó a hacer. Y recibir la herencia de todas las cosas que Dios nos ha prometido.