SERVIR A DIOS CON OBEDIENCIA
Dios está por encima de los hombres, y sólo a Él
se debe obediencia. Un buen servidor es UN(A) LIDER que sabe tomar el control
de una situación para convertirla en algo mucho mejor.
Hechos 5:29 “Respondiendo
Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres”. ---
En todo liderazgo existen sólo dos tipos: Los líderes
(malos o buenos) y los seguidores. A cada instante es necesario poder tomar
buenas decisiones rápidamente (no decisiones a la ligera, sino cosas bien
pensadas y planificadas). Obedecer una orden errada por parte de un líder
inepto, puede simplemente traer desánimo o quitarle la vida a muchos.
Santiago 4: 7-8 “Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones.” --- Un líder puede estar errado
de la orden que te puede estar transmitiendo; puede que lo haga por temor a
perder su posición o porque la gracia de Dios se manifiesta mas en ti o en mi,
que en ella o en el; y el diablo ha puesto celo ministerial. Obediencia es
hacer lo que Dios te ha ordenado, ya sea a través de Su Palabra escrita o por
medio del Espíritu Santo, hablando a tu corazón. Si te encuentras en un dilema
en el cual no sabes a quien obedecer; por temor a perder un liderazgo o una
posición. Es preferible perder esto, antes que ser desobediente a la voz de
Dios. En mi experiencia personal, no dudo de mi relación íntima que tengo con
mi Dios; Y la seguridad del llamado de Dios en mi vida.
1 Samuel 15:22-23 “Y
Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la
rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la
palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. --- No
son nuestros propios méritos que nos hacen ser un(a) buen servidor, es hacer la
voluntad de Dios.