¿NO TE DEJES CONTAMINAR POR LA AMARGURA?, martes, 22 de noviembre de 2011.
Santiago 13:14 “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestros corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad”. Como todo pecado que nos quiere contaminar; así es la amargura,
es una angustia del alma, que desanima, desespera, atormenta, y roba la
esperanza. Es cuando el alma se angustia por la envidia, celos, y cosas
que no pueden cambiar; es tener una profunda tristeza y resentimiento
hacia las personas que no son de agrado o empatía. Cuando una herida
física infectada huele mal por el pus, da gangrena y al no ser tratada a
tiempo causa la muerte.
¿Qué ocurre cuando la amargura no se trata a tiempo?
Cuando la herida de amargura no se sana, se transforma en pecado. La
herida infectada, viene a ser el veneno del alma, va destruyendo, la
nueva vida que Dios nos ha dado, causando una muerte espiritual y
contamina inyectando de veneno sus raíces a otras personas. Hebreos 12:15 “mirad
bien no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando
alguna raíz de amargura os estorbe y por ella muchos sean
contaminados.” Por una u otra razón, a los hijos de Dios, nos han
herido alguna; estas heridas son tratadas y sanadas cuando se las
confesamos al Señor; y Dios en su infinita gracia y misericordia nos
concede de su perdón, amor y paz. En la raíz de amargura, es donde brota
toda maldad, y quien la tiene al pecar, piensa que actúa sabiamente y a
su favor, sin acertar a ver el mal y el peligro de sus malvadas obras; a
lo malo le llaman bueno; y a lo bueno le llaman malo; hacen de la
libertad que Dios les ha dado, un libertinaje; a sus maquinaciones y
calumnias le llaman justicia. No permitas ser contaminado con esta
peste. Si haz sido influenciado por la amargura de una persona; es hora
de que le pidas perdón a Dios y que te alejes no vaya ser que tu
también seas presa de su veneno. Dios es vida, luz y contentamiento para
sus hijos; el gozo de su presencia llena de paz nuestro corazón. Pero
cuando nos apartamos de El, entramos en el dominio de las tinieblas, y
sus amargos frutos (celos, envidia, resentimiento, falta de perdón,
etc.) no se hacen esperar. Una vida lejos del Señor es una vida de
amargura y frustraciones. Salmos 36: 1-4 “La
iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de
sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, De que su
iniquidad no será hallada y aborrecida. Las palabras de su boca son
iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Medita
maldad sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece”.Éxodo 15:22-25 “E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo,… y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas;… Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.” Las ramas del árbol que endulzaron las aguas de Mara, es el árbol de vida, es la presencia de nuestro Señor Jesucristo en cada uno de nosotros. Así el Señor quitará toda amargura. Pero él no trabaja sin nosotros. Necesitamos esforzarnos en abonar el terreno del corazón con cosas buenas cortando las malas raíces para que no puedan prosperar. De lo contrario, no solo nosotros, sino muchos serán contaminados por ellas.
![](http://a1.sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-ash4/s720x720/307770_279462572088978_100000757137204_722976_1321090373_n.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario